Monday 18 April 2011

Así debutó Jonker













Pese a un palmarés de poca experiencia, su Bayern lució como uno de los mejores en los últimos años.

5:1 fue el resultado del partido entre el Bayern Müchen y el Bayer 04 Leverkusen, segundo de la liga. Mucho más que una goleada para el Bayern. Se trata de un respiro de aire fresco para un equipo que se ha caracterizado por su opacidad este año. Andries Jonker, ex co-entrenador de Louis van Gaal y nuevo técnico de los bávaros, ha estado en su cargo poco más de una semana, pero a pesar de su breve estadía ya se siente una diferencia.

Su primer anuncio fue directo a dos puntos trascendentales al orden interno de su equipo: Butt vuelve al arco y la comunicación jugador-entrenador será completamente abierta. Que Butt vuelva a la titularidad no solo responde a la cuestionable actuación que ha tenido Kraft en el arco desde que se convirtió en el guardameta número uno del club (la cual no fue tan mala); yace más en el significado de dicha decisión que tomó van Gaal a mediados de temporada. Fue el comienzo de unos duros meses por venir.

Tuvo destellos brillantes el Múnich, y en ocasiones recordaba al equipo de hace un año. Pero en otras simplemente era un equipo torpe y carente de ánimo. Un perfecto Jano, dios romano con dos caras. Mejor ejemplo que el partido de vuelta ante el Internazionale, no hay. Tras vencer en Milán 0:1, parecía sentenciada ya la serie; y tras el primer tiempo en Múnich, estaba confirmado. Está bien, Inter anotó a los tres minutos, pero de allí en adelante fue una gran ópera del Bayern. Marcaron dos goles y en los pies de Ribery se fueron al menos tres ocasiones claras. Luego vino la segunda mitad, donde el Bayern volvió a ser aquel equipo que inspira bostezos en vez de gritos.

Paralelamente, el campeón de campeones alemán luchaba duramente por conseguir ritmo en la liga y colarse a puestos de la Champions League. Lo lograron, pero perdieron su puesto a la siguiente fecha. El precio fue caro: la cabeza de van Gaal.

Luego está el segundo punto al que Jonker hizo mención apenas tomó control del equipo: la comunicación interna. Van Gaal se había peleado –sólo en esta temporada- con Uli Hoeness (presidente) y Christian Nerlinger (director deportivo). Además de ello, los continuos roces con Franck Ribery, Arjen Robben, Miroslav Klose, Hans-Jörg Butt, Mark van Bommel, Breno, entre otras figuras de los rojiblancos. El ánimo dentro del plantel era similar al de piratas a punto de hacer un motín en contra de su mandamás.

Por como Andries Jonker se refirió al problema, parecía ser la situación más urgente del equipo. Abrió sus puertas y comenzó a conversar con todos por igual, dándoles consejos, oyendo las quejas de sus entrenados y entablando relaciones. El resultado no se hizo esperar. Un Bayern soberbio, en el que se volvieron a ver sonrisas y, pese la ausencia de un muy frustrado Robben, un exquisito toque de balón que llevó a un 4:0 en la primera parte ante un rival directo. Por cierto, es primera vez desde el 8 de Agosto, 1981 que el Bayern es capaz de sacarle una diferencia de cuatro goles al Leverkusen en la primera mitad.

Gómez marcó tres goles, Müller se vio cómodo y despreocupado, idéntico a como se veía hace un año. Klose vio minutos y cumplió su función a cabalidad: arrastrar marcas y darle balones a la Ribery y a Müller para generar peligro. Diego Contento volvió al juego y jugó como si no hubiese parado nunca. De seguir a este nivel, podría ahorrarle algunos millones a sus empleadores y solventar parte de la crisis defensiva.

Andries Jonker cumplió con una premisa sagrada del fútbol: entre menos estrés y dificultades enfrente un jugador, mayor será su rendimiento. Ya Bayern capturó un tercer lugar que se le ha hecho difícil de retener. Quizás sea prematuro saltar a conclusiones, pero por el ánimo que viven los Rekordmeister bajo la tutela de Jonker, podrían tener un cierre de temporada memorable.

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