
Si los resultados dependieran del pasado, es decir, de los previos enfrentamientos de cada equipo, el Mundial tendría este resultado:
¿Viajaste a otro país este año?, ¿conoces a alguien que lo haya hecho?, ¿tienes un Blackberry, o conoces a alguien que tenga uno?, ¿alguien en tu círculo cercano –mejores amigos, familiares- ha comprado un carro en los últimos dos años?, ¿tienes a algún conocido que se haya hecho alguna operación sin verdadera razón médica, sino estética?, ¿has gastado cerca o más de 1000 BsF este año en bebidas alcohólicas?
Si respondes que sí a todas estas preguntas, no eres el único. La sociedad venezolana está acostumbrada a gastos en bienes no esenciales, los cuales son todos aquellos de los que se podría prescindir. En esta categoría cabe todo lo mencionado arriba, incluso ciertos tipos de ropa, comida, recreación, y gastos médicos.
Mucho leemos y oímos sobre la cantidad de Blackberries que hay en nuestro país, sobre cuanto alcohol caro consumimos, lo ostentoso que es nuestro parque automotriz; pero, ¿es realmente cierto esto? Y de así serlo, ¿cómo lo demostramos?
Para nadie es secreto que el país vive una terrible situación económica, inmersa de por sí en una crisis económica global. Vimos por televisión y leímos en internet y los medios impresos, cómo la gran mayoría de europeos tomó las precauciones necesarias para ser afectado lo menos posible por dicha crisis. En Francia, los gastos en ropa de marca cayeron un 40%, ciertos tipos de vino y whisky cayeron más de la mitad, y los gastos en telecomunicaciones e informática –esencialmente celulares y laptops- sufrieron bastante.
Sin embargo, poco pareciera afectarnos estar o no en una crisis económica, si de tomar previsiones se trata. No hemos leído que agencias de viajes estén reduciendo sus operaciones (a pesar también, de una devaluación y escasez de dólares), o que Polar está perdiendo dinero en la industria de la cerveza. Es un síntoma de un problema en la sociedad venezolana, de todos los estratos socio-económicos. Y es que un venezolano sufre de un síndrome que lo condiciona a comprar por calidad, en vez de cantidad.
Vamos por casos:
Bebidas alcohólicas: Según Datos, el venezolano gasta 20% de su salario en alguna de estas bebidas.
· Siete de los diez whiskies más vendidos en Caracas y la región Centro (Aragua, Carabobo, Vargas) son añejos de 12 años en adelante. Sin duda, el alcohol de alto costo y calidad es un negocio con poco o bajo riesgo. Ante una posible amenaza de disminución en el consumo, Diageo y demás importadoras de licores implementaron atractivas estrategias de venta, como ofrecer dos botellas de Buchanan’s 12 años por el precio de una y media. Venezuela es el quinto consumidor más grande de whiskies en el mundo, con una venta anual de 2600000 cajas de whisky. Esto promedia seis litros por habitante en un año.
· No sólo es el licor costoso el que consigue gran cabida en el mercado; también la cerveza –la bebida alcohólica más vendida en el país- y el ron, entre otras bebidas, ha mantenido estable sus niveles de venta.
· Parte de este fenómeno está ligado a la inseguridad. Entre más peligroso sea el entorno, menos personas deciden salir tarde en las noches, por lo que el número de reuniones y encuentros de amigos, en casas ha crecido. Con el pasar de los años, la violencia, asesinatos, robos y secuestros han aumentado, por lo que la demanda de locales nocturnos ha mermado. Y como en las reuniones privadas sigue consumiéndose alcohol (y a un precio más accesible, comparado con el costo de tragos en bares y discotecas), las ventas de los comúnmente llamados ‘vacíos’ de cerveza y botellas de ron ha crecido. 2000 millones de litros de cerveza son vendidos cada año. Cada venezolano toma 77 litros de cerveza anuales; mientras que de ron, un litro por año. Se consumen 26 millones de litros anualmente del licor oriundo de Cuba y Puerto Rico.
· Vino: Venezuela es el principal importador de vino chileno en el mundo. 15 millones de litros de vino son traídos desde el país austral cada año. Es la mitad de lo que se consume en el país.
Telefonía y automóviles:
· Si hay algo más atractivo que un aparato que haga llamadas, mande mensajes de texto, tenga cámara, acceso a internet, compatibilidad con un sinfín de aplicaciones y programas, y además de todo eso tenga su propio ‘Messenger’, en este país va a pegar. Venezuela es el país que más Blackberries tiene en el mundo, per cápita. En total, hay más celulares de esta marca acá que en España, un país con casi el doble de habitantes. Incluso, el modelo plegable, el Pearl Flip, fue diseñado basado en el mercado venezolano.
Operaciones estéticas y productos de belleza:
Como vemos, no es un mito y no es algo que palpamos. Es un fenómeno socio-económico con cifras que respaldan nuestras sospechas. El por qué de esto, es digno de un análisis de nuestras vidas, circunstancias y el momento histórico en que vivimos. Un número oscuro de este consumismo, es que estamos ante el clímax histórico en consumo de drogas. Lo cierto es que somos un país peculiar, similar a quien se embriaga en medio de una crisis: anestesiados e incapaces de comprender lo magnánimo de lo que nos rodea. Compensamos lo malo y triste con lujos y confort.